Carina Spilka

    Nací en 1968 en Buenos Aires (Argentina) pero llevo prácticamente toda mi vida viviendo en España y me considero española.

    En 1986 empecé a estudiar Icade E-2 (Ciencias Económicas y Empresariales) y aunque siempre dije que no quería trabajar en bancos, al terminar la carrera en 1991 mi primer trabajo fue en un banco, Santander de Negocios o Santander Investment como se llamó luego y donde tomé contacto por primera vez con la banca a distancia.

    Después de unos años trabajando (1996), decidí que tenía que volver a las aulas y pasé un año duro pero divertido mientras compaginaba mi trabajo con el Executive MBA en IE.

    Al terminar el MBA me cambié a trabajar a Argentaria para colaborar con el Director de Canales Alternativos, de quién aprendí casi todo lo que se hoy. Y junto a él y otros enormes profesionales, en 1998 me uní al equipo de proyecto para lanzar ING Direct en España. Lanzar el banco ha sido una de las mejores aventuras profesionales que se pueden tener… Empecé como directora de Atención al Cliente y Ventas donde descubrí mi gran pasión por el cliente. Luego me sumé al mundo @ al asumir la responsabilidad de la web. Y en 2004 pasé a llevar el negocio hipotecario.

    En 2008 me fui a Francia para dirigir ING Direct y transformarlo de un banco de ahorro en un banco completo. Fueron dos años muy duros, donde cometí muchos errores que me sirvieron para “curtirme” y para aprender que liderar no es gestionar, ni mucho menos mandar. Es algo distinto, mucho más enriquecedor… Y en 2010 volví con el enorme reto de dirigir ING Direct en España.

    Desde entonces intento que hagamos las cosas mejor para nuestros clientes y todos los que trabajamos aquí e intento que seamos un ejemplo de cómo cambiar las cosas, también el liderazgo, por un liderazgo más cercano, más participativo y más en línea con las nuevas reglas del juego en el siglo XXI. Me considero optimista, exigente, intento ver el lado positivo de las cosas, me gusta escuchar aunque a veces no me guste lo que oigo y me divierte aprender cosas nuevas. Y tengo también muchos defectos que mis compañeros os pueden contar.

    Me declaro entusiasta del emprendimiento, de aquellos que deciden montar sus propias empresas, tienen brillantes ideas de negocio y las llevan a cabo. Al final, como decía Edison, “Vision without execution is hallucination”. Confío en que poco a poco se empiece a fomentar más el emprendimiento, no sólo en la adolescencia si no también en la escuela, porque ahí es dónde de verdad se crearán los futuros emprendedores. Y me gustaría que todos tuvieran la suerte de trabajar en una empresa tan única como la empresa en la que llevo trabajando 13 años.

    En definitiva, soy una persona normal que tiene la suerte de dirigir una empresa de lo menos convencional… y de lo más naranja.