Por Sonia Garrido, Talent Advisor Specialist
Folio en blanco y no sabes ni por dónde empezar ¿verdad? Tranquil@ porque hoy te vamos a contar qué tienes que tener en cuenta para que tu CV se convierta en tu mejor tarjeta de presentación. ¿Estás list@? Vamos a sacarle brillo a todo tu Talento.
Primera cuestión. ¿Para qué sirve un CV? ¿Cuál es tu objetivo final cuando envías uno? Lo que responden la mayoría de personas cuando se les hacen estas preguntas es: “para conseguir un trabajo”. Pero siento decirte que no; no vas a conseguir un trabajo sólo enviando un CV. El CV tiene por objetivo conseguir una entrevista; que quieran conocerte y saber si encajas en su proyecto. Y aquí viene el primer mandamiento para alcanzar tu objetivo: ponte en el lugar de la persona que lo va a recibir.
De todas las cosas que has hecho, ¿cuáles crees que esa persona debe saber de ti? ¿Qué crees que le puede resultar interesante? Todas esas cosas que estás pensando no pueden faltar en tu CV.
Puedes pensar que eres muy bueno trabajando en equipo, que te apasiona tu trabajo o que eres muy organizado. ¿Pero dónde y cómo lo pones? Ponlo al inicio; en un apartado que se llame “Perfil profesional” u “Objetivo Profesional”. Redacta un párrafo (de 6-7 líneas máximo) que colocarás en la parte superior del documento, justo a continuación de tus datos personales. ¿Qué información debe contener ese párrafo?
- Quién eres– cómo te defines, tu etiqueta profesional. Pregunta a otros cómo te definirían ante gente que no te conociera.
- Qué quieres– qué quieres conseguir. Qué sector te gusta, dónde quieres trabajar, haciendo qué.
- Qué aportas– tus fortalezas, lo que te diferencia de los demás, lo que te hace distinto.
Y ojo, ¡destaca solo lo bueno! Muestra tu mejor versión, es decir, no indiques tus debilidades y utiliza un lenguaje positivo. Por ejemplo: será mejor decir “se me da bien la gestión de equipos que “No se me da mal la gestión de equipos”.
Bonus track: Usa palabras clave relacionadas con tu sector. Los distintos buscadores que se usan en reclutamiento (ATS) harán que tu CV sea más visible.
Segundo mandamiento: todo lo que indiques debe aportar valor. A lo mejor te sorprende lo que te voy a decir pero un CV es un documento (en general) muy aburrido. Es probable que te aburras hasta leyendo el tuyo. Por eso, todo lo que indiques debe resultar de valor para lo persona que lo está leyendo. ¿Y cómo sabes lo que le resultará valioso al seleccionador? Muy sencillo; estudia bien la oferta. Ahí viene o debería venir absolutamente todo.
Un reclutador o técnico de RRHH, cuando pone una oferta va a dejar muy claro el perfil del profesional que está buscando. Si busca gente con ganas de desarrollo, con un nivel de idiomas determinado o con unos conocimientos concretos, por ejemplo. Así que si tienes esos conocimientos y esas actitudes, que se vean bien en tu CV. Si puedes añadir alguna información más que sea de interés, indícalo también. Pero si esa experiencia o esa formación concreta (por mucho esfuerzo o tiempo que te haya costado) no aporta interés para esa oferta en concreto, entonces no la pongas. Ten en cuenta que el CV no es tu hoja de vida.
¡Ejemplo! Si ya tienes un B2 de inglés, no es necesario que indiques el B1. Tampoco que indiques aquel curso de Excel que hiciste en 2012, ni que sabes español si nada en tu CV pueda hacer dudar que así sea. Vamos, que si te apellidas Merkel o Jackson, por decir algo, igual merece la pena pero si no…¿para qué?
Así que sí, la idea es que tu CV vaya adaptado a la oferta a la que quieres aplicar. Que cuando lo vea el reclutador piense: “¡Al fin lo encontré! Esta persona me encaja como anillo al dedo”.
Si estás haciendo una autocandidatura o enviando tu CV a una base de datos de alguna empresa, quizás te falte información como cuando aplicas a una oferta pero sigue este mismo consejo, todo debe aportar valor. Piensa qué características y conocimientos debe tener un profesional en tu campo y destácalo.
Tercer mandamiento: estructura bien tu CV. En las redes hay miles de plantillas que puedes escoger; unas más creativas que otras y CV innovadores (CV web, infografías, video CV). Elige la que más te guste. Algunas ponen en primer lugar la experiencia, otras los conocimientos académicos. Lo importante es que cada apartado esté bien diferenciado y que se pueda visibilizar de forma esquemática. Puedes encontrar CV muy visuales en plantillas de Word o Canva.
¿Y qué apartados debe tener tu CV?
- Datos personales (no hace falta que indiques la ciudad de nacimiento, pero sí la ciudad en la que vives).
- Objetivo profesional. Recuerda, no muy largo pero que enganche.
- Formación académica. Por orden de fecha indicando lo más reciente o lo que haces ahora, en primer lugar.
- Formación complementaria. Toda aquella asistencia a cursos, ponencias, webinars…que estén relacionadas con tu profesión.
- Idiomas. Por niveles. Si no lo tienes acreditado indica “Nivel Equivalente” utilizando la nomenclatura habitual (B1, B2)
- Conocimientos informáticos. Indica nivel de destreza.
- Datos de interés. Todo aquello que creas que es interesante que sepan de ti, y no tiene cabida en apartados anteriores. Voluntariado, pertenencia a equipos deportivos…
Recuerda que decíamos que es aburrido leer un CV. El reclutador va buscando las palabras clave que le pueden resultar de interés. No se va a leer una “parrafada” en la que explicas detalladamente todas y cada una de las cosas que has realizado en ese empleo o en esas prácticas. Ponlas por puntos (3-4 aproximadamente).
Y último y cuarto mandamiento (que 10 son demasiados para un texto que es la máxima expresión del “menos es más” o del “lo breve si bueno, dos veces bueno”): ¡REVISA! No imaginas la cantidad de veces que un CV llega con el teléfono mal, con faltas de ortografía… Y, la verdad, da muy mala imagen. No permitas que una mala imagen de tu CV, haga que pierdas oportunidades laborales.
RECUERDA
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