Human Age Institute ha querido cerrar los encuentros virtuales de este año tan convulso centrándose en potenciar el liderazgo. Para ello ha contado con Mario Alonso Puig, médico especialista en cirugía, conferenciante internacional y uno de los mayores expertos en motivación, creatividad, comunicación y liderazgo.
Loles Sala, Directora de Human Age Institute y Directora de Talento y Cultura European Mediterranean Region de ManpowerGroup, ha sido la conductora de este punto de encuentro. Antes de entrar en materia, Sala, ha querido recordar lo que ha supuesto este 2020 para Human Age Institute. Las cifras hablan por si solas: 4.000 personas han seguido las clases magistrales y encuentros virtuales organizadas; 900 organizaciones han apoyado estos encuentros; más de dos docenas de los mejores profesionales han querido aportar sus conocimientos: Juan Carlos Cubeiro, Silvia Leal, Pablo Pérez, Raquel Roca, Beto Levy, José Antonio Llorente, etc.
“Esto no acaba aquí. Hoy tenemos la suerte de estar con Mario Alonso Puig. Quiero terminar con una persona que nos ayude a afianzar nuestros conocimientos y a abordar los desafíos del 2021 con el liderazgo que necesitamos tras un 2020 que se ha caracterizado por una crisis social, de valores y de liderazgo ”, afirma la Directora de Human Age Institute.
Para cambiar las cosas, cambia tú
Puig ha arrancado su conferencia asegurando que hay que trascender los límites que nos impone el ego para poder abrirnos a todo un mundo de oportunidades. “Es muy fácil querer que las cosas cambien y, sin embargo, obviar el hecho de que, si uno no cambia, nada cambia. Liderar es la capacidad de movilizar, enamorar y generar un mundo de oportunidad. Si nosotros no lo vivimos, ¿cómo vamos a ser capaces de generar ese cambio en los demás? ”, se preguntaba el doctor y conferenciante quien continuaba con la siguiente reflexión: “Cuando una persona comprometida en hacer realidad algo, cuando realmente quiere que algo hermoso emerja es como una gota de agua en un lago. Una sola gota parece que no es nada entre miles de millones de metros cúbicos que tiene el lago pero, sin embargo, tiene capacidad de generar unas ondas que se extienden por todo el lago”.
Para Alonso Puig el gran hándicap es la ceguera, la soberbia y la arrogancia que nos provoca un ego desmedido. Para asumir un liderazgo más humano donde no tengamos miedo a experimentar y expresar nuestra vulnerabilidad, Puig asegura que es básico mantener una actitud positiva: “Si quiero tener una oportunidad de proyectar cosas diferentes no puedo ver solo problemas y dificultades”.
Un vaso de cristal o una pelota de tenis
Puig aboga por la resiliencia para superar las situaciones de incertidumbre. “Me encantan las metáforas y para explicar como superar las crisis tengo dos imágenes que creo son muy claras: un vaso de cristal y una pelota de tenis. El vaso de cristal en el momento que se arroja o se cae se rompe en mil pedazos, sin embargo una pelota de tenis puede ser lanzada a más de 200 kilómetros por hora y la pelota no revienta. Se aplasta, rebota y vuelve a su forma original. Nosotros tenemos que buscar las cualidades de esa pelota de tenis ante una situación de crisis. Así es como vamos construyendo nuestra resiliencia. Después del golpe de la raqueta, de la crisis, nuestro cerebro ejecutivo funciona mejor, toma mejores decisiones y nos transforma en una persona más sociable, emprendedora y creativa. Tenemos que huir de la forma del vaso de agua, de la sensación de hundirnos ante una crisis”.
Para alcanzar estas metas en el liderazgo, Mario Alonso Puig asegura que es necesario un cuidado integral en las tres dimensiones que conforman al ser humano: cuerpo, mente y alma (o energía). “Es necesario hacer deporte, mantener una dieta equilibrada, saber relajar la musculatura para superar la tensión. En cuanto a la mete, necesitamos liberarla. Saber relajarla para luego afrontar las crisis con garantías y la parte del alma o la energía interior también es fundamental. Está comprobado que el amor por los seres queridos activa los neurotransmisores cerebrales. Hay que practicar el amor y la compasión”, explica el conferenciante.
Puig advierte además de un problema en el que caemos casi todo: la “rumiación”. Darle vueltas a lo que hicimos mal: a la decisión no tomada o a la decisión equivocada. “Angustiarnos por el futuro y la generalización de los problemas nos provoca una distorsión total y no impide ver lo que hemos conseguido”, sentencia Puig, quien nos pide un esfuerzo para alcanzar un liderazgo humanista: “Si vas a dudar de algo, duda de tus límites y de nada más, no de tus capacidades”.
Puig ha concluido la conferencia dialogando con Loles Sala sobre cómo abrirnos a lo que ofrece el nuevo año. Un 2021 en el que el liderazgo se caracterizará por su “cercanía, actitud positiva e inteligencia colaborativa”, y en el que la mejor manera de demostrar valentía y fuerza es compartiendo nuestras vulnerabilidades. Sala y Puig coinciden: si queremos cambiar el mundo, debemos empezar por nosotros mismos.