Según las conclusiones del foro económico de Davos, el 65% de los niños de primaria van a ejercer trabajos en el futuro que hoy todavía no existen. Por eso, aseguró José Antonio Marina en la masterclass impartida en Valencia el pasado 7 de noviembre, resulta tan complicado determinar “qué herramientas, conocimientos y habilidades necesitarán las generaciones venideras y cómo educar a los jóvenes para afrontar su realidad”. Lo que sí sabemos, sin embargo, es que necesitamos generar Talento para poder enfrentarnos personal y socialmente a un futuro incierto con garantías de éxito.
Talento es “inteligencia triunfante” según el mentor en Educación y Generación de Talento de Human Age Institute. Una inteligencia práctica que ordena y gestiona al resto de capacidades. “Talento es el buen uso de la inteligencia. Es decir, que una persona muy inteligente puede tener una inteligencia fracasada porque no ha utilizado bien su Talento. A la inteligencia que aprovecha bien sus recursos la llamamos Talento. El Talento se caracteriza porque elige bien sus metas y moviliza la información necesaria, gestiona las emociones, mantiene las virtudes de la acción (la tenacidad, el ánimo, la capacidad de soportar la frustración) para alcanzar sus metas”, explicó.
Por eso, según Marina, podemos afirmar que el Talento no está al principio si no al final de la educación; es decir, se puede generar. “Si utilizamos la educación para generar Talento, estamos colocando a nuestros jóvenes en una buena posición porque van a tener una serie de destrezas para enfrentarse a lo que sea, a cosas que no sabemos cómo van a ser”.
La ley del aprendizaje
El mentor en el área de Educación y Generación de Talento insistió en la idea de que el mundo actual se rige por la ley del aprendizaje. “Debemos tener claro que toda persona, empresa o sociedad necesita, para sobrevivir, aprender al menos a la misma velocidad a la que cambia el entorno. Si quiere progresar, necesita aprender a más velocidad. Si una empresa no aprende a la misma velocidad, queda marginada, se vuelve anacrónica y repite errores”, explicó. Por eso, según Marina, la dirección de RR.HH de las compañías tienen que cambiar de fase. En su opinión, este departamento tiene que dedicarse ahora a gestionar el capital intelectual de la empresa, es decir, el Talento de la propia compañía. “Las empresas tienen su propia inteligencia y pueden utilizarla bien o mal”, añadió.
El mentor de Human Age Institite aseguró además que el talento está siempre en acto, es decir, que no hay talentos ocultos, y que por lo tanto tiene que tener la capacidad de seguir aprendiendo constantemente. “No hay Talento si no tiene la capacidad de seguir aprendiendo, de irse reciclando ¿y por qué? Por la ley del aprendizaje”. Por eso, en su opinión, es crucial la figura del Chief Learning Officer o director general de aprendizaje de la empresa; alguien que determine cómo hay que aprender como empresa y qué hay que aprender.
Marina incidió sobre una realidad de las compañías que considera crucial analizar. El mentor se preguntó por qué las mismas personas pueden trabajar de distinta maneras cuando están en distintos equipos. “La respuesta es clara”, aseguró. “Hay una inteligencia colectiva del equipo. La inteligencia individual, la de cada uno, es abstracta, no existe porque cada uno de nosotros desarrolla su inteligencia en un entorno que la fomenta o la bloquea. Necesitamos vivir en entornos inteligentes para poder desarrollar esa inteligencia. Es decir, necesito crear un entorno donde la inteligencia de cada uno de el máximo”, aseguró.
Programa “TogUEther” de la Universidad Europea
Alejando Pérez Urbizo, HR Manager de la Universidad Europea de Valencia y Canarias, puso el broche final a esta masterclass con la presentación de una iniciativa estratégica de Talento puesta en marcha en su organización para impulsar el compromiso. “El programa TogEUther, explicó Pérez Urbizo, busca que diferentes realidades de una misma organización, logren –trabajando en equipo- los mejores resultados y una mayor involucración y entrega en todas las acciones de cada departamento”. La Universidad Europea apostó, entre otras cosas, por modificar la intranet y realizar distintas actividades de encuentro entre sus trabajadores. El resultado: ha aumentado el compromiso del equipo y la participación en las distintas iniciativas.