En Human Age Institute, siempre hemos pensado que esta crisis COVID-19 debe afrontase desde el liderazgo responsable y consciente. Un liderazgo que se “escribe con P”, la letra de la Pasión y el Propósito. En mi caso significa “aspirar a transformarnos para transformar nuestras organizaciones en extraordinarias”, situando a la persona como motor en un mundo en continuo cambio.

Por eso, un líder de hoy, debe pivotar sobre dos roles fundamentales:  debe ser una pieza clave para transformar a las personas y al entorno, ser un auténtico “builder” o transformador; y debe ser también un líder “maestro” o coach que impulse el desarrollo de sus equipos.

El “Liderazgo con P” es pues, aquel que transforma desde la propia pasión, es el que ejerce un líder que, con sus palabras, sus gestos, sus acciones y, sobre todo, con su ejemplo es capaz de generar en el otro una experiencia auténtica y verdadera de pasión por el propósito que se persigue. Es un liderazgo capaz de convertir un desafío, en una oportunidad, porque se basa en esa pasión para hacerlo. Este liderazgo, además, debe ir ligado a una verdadera pasión por las personas, por el compromiso de ayudarles en su propia transformación.

Todo ello son elementos esenciales si tenemos en cuenta que el último estudio sobre desajuste de Talento de ManpowerGroup, donde se destaca la necesidad de satisfacer al Talento en base a 4 elementos clave, independientemente de la generación a la que pertenezcan:

  • Crear, invirtiendo en aprendizaje.
  • Atraer al Talento que no puede generarse internamente.
  • Compartir, permaneciendo atentos a las comunidades de Talento externas a la empresa.
  • Trasformar, ayudar a los profesionales a asumir nuevos puestos o promocionarse dentro o fuera de la organización

Como dice John Maxwell lo más importante en el liderazgo no es lo lejos que avancemos, sino que ayudemos a los demás a avanzar”.  Para ello identifica los cinco niveles de liderazgo que deberíamos tener en cuenta los líderes, y, entre ellos, el cuarto nivel está justamente relacionado con ser un líder coach. Es el nivel de desarrollo de las personas, el nivel que él llama de la reproducción. No puedo estar más de acuerdo con sus palabras cuando dice que la gente te sigue por lo que has hecho por ella.

Por ello es ineludible mantener auténticas conversaciones de valor en las que retar, desafiar a nuestra gente, y seguir haciéndolo día a día, porque, solo desde esa motivación, esa pasión, entrega y convencimiento, “el otro” creerá en nosotros como verdaderos coaches de su crecimiento profesional. 

Ya no podemos permitirnos no tener un claro compromiso con el desarrollo y el rendimiento no solo de nuestros equipos, sino también de nuestros colegas y también de nuestros propios líderes; promoviendo especialmente ahora, la creatividad e innovación para buscar soluciones distintas a las de siempre y salir y remontar como organización. Y para ello, debemos liberar pasión a raudales.

En palabras de Gary Hamel, uno de los mayores expertos en Management: “la pasión por resolver problemas es lo que crea el potencial para obtener resultados extraordinarios”.  Ahora es ese momento, el de obtener resultados extraordinarios con un “Liderazgo con P”.