Vamos a empezar a diseñar los métodos que conocemos para generar talento. Pero antes debo hacer una precisión mas.
Los estudiosos de la creatividad distinguen entre creatividad subjetiva y creatividad objetiva. La primera se mide atendiendo a la relación de la obra con su autor. La segunda se mide comparándola con la de los otros creadores. Alguien que por su cuenta descubriera ahora el teorema de Pitágoras sería un notable talento matemático desde el punto de vista subjetivo. Desde el punto de vista objetivo no, porque ahora el teorema de Pitágoras sabe demostrarlo cualquier alumno de enseñanza media.
Con el talento en general sucede lo mismo. Podemos considerarlo subjetivamente, como el mejor uso que una inteligencia concreta hace de sí misma. Esto incluye la posibilidad de desarrollar al máximo sus capacidades. Cuando medimos el talento objetivo, tenemos que ponerlo en comparación con el resto de sus iguales. Para algunos autores, supondría estar entre el 10% más excelente.
Al hablar de la generación de talento debemos referirnos a ambos tipos. Ya sé que el más brillante es el que consigue la excelencia objetiva, pero desde el punto de vista social y personal me parece indispensable fomentar el talento subjetivo. Sólo atendiendo y estimulando a cada persona a desarrollar sus capacidades podremos saber realmente cuales son. Vuelvo a repetir que no podemos medir fiablemente las capacidades o las potencialidades, porque el buen entrenamiento puede mejorarlas.
Esto es importante tambien al estudiar el talento de las organizaciones. No consiste, sin duda, en una mera agregación de los talentos individuales, pero se funda en ellos. Por ejemplo, cuando hablamos de emprendedores o de innovadores no podemos reducirnos a grandes iniciadores de cosas, sino también a los que provocan pequeños o grandes cambios en un puesto de trabajo. El esquema en dos niveles que describe la inteligencia individual –nivel generador y nivel ejecutivo- es válido también para la inteligencia de una organización, en la que la inteligencia generadora puede estar compuesta por todos los empleados. De ese hervidero de ideas, experiencias, información, ocurrencias emergen las ideas que, desde el nivel ejecutivo deben fomentarse, estimularse, estudiarse y seleccionar. Así pues, en lo que sigue vamos a referirnos a la vez a la excelencia subjetiva y objetiva, al talento subjetivo y objetivo.
A partir del próximo post comenzaré a concretar lo que sabemos acerca de la generación de talento. Los temas principales son:
Cómo podemos tener mejores ideas
Cómo podemos tomar mejores decisiones
Cómo podemos mejorar nuestra capacidad de realización.