Talento y Altas Capacidades

Estamos precisando la definición de TALENTO. En el post anterior lo comparé con la succesful intelligence, la “inteligencia exitosa”. Hoy voy a analizar los parecidos y las diferencias entre “talento” y “altas capacidades”. Durante mucho tiempo ambas se han confundido. De hecho, uno de los libros de referencia en este tema se titula International Handbook of Giftedness and Talent (1). Tradicionalmente, el talento y las altas capacidades se consideraban genéticamente determinadas, innatas: un don natural. Un regalo: giftedness.

Según la definición de TALENTO que proponemos en este Handbook, son cosas diferentes. Es verdad que hay niños que demuestran una enorme capacidad de aprender, de realizar operaciones matemáticas, o que tienen un altísimo cociente intelectual. Estas capacidades no son TALENTO, sin una buena materia prima para el talento. La preocupación universal que hay por la educación de niños superdotados es, precisamente, porque aspiramos a que sus altas capacidades se transformen en TALENTO. Sin una atención adecuada pueden frustrarse estas expectativas. Numerosas investigaciones demuestran que las altas capacidades no correlacionan con el talento adulto, ni el talento adulto correlaciona con altas capacidades infantiles (2). Ni todos los superdotados son talentos adultos, ni todos los talentos adultos fueron niños con altas capacidades reconocidas. El estudio pionero lo hizo Catharine Cox, que estudió la infancia de tres centenares de genios (3). Hay otros factores que determinan el desarrollo, y que son lo que necesitamos investigar, si queremos aprender a generar talento.

Robert Sternberg, de quien ya les he hablado, propone que definamos la giftedness como una developing expertise, como una “pericia en desarrollo”. Si no se da este proceso de mejora, un niño de altas capacidades puede ser un “niño prodigio”, pero un adulto vulgar. Cuando la psicología admitía la “estabilidad” de las habilidades, era fácil igualar el talento con lo innato. Pero ahora se tiene un concepto mucho más flexible de las capacidades humanas. Por eso, podemos decir que el talento no es la causa de nada. Es un resultado. No está antes, sino después de la educación. De esta manera podemos relacionar los dos conceptos que estamos manejando. Una persona con talento es aquella que ha desarrollado y continúa desarrollando un conjunto de habilidades socialmente valoradas, utilizando los recursos genéticos (sean o no excepcionales) y ambientales a su disposición. Entre ellos, la educación, los medios culturales, el entorno familiar, etc.

François Gagné autor del Differentiated Model of Giftedness and Talent también distingue ambas cosas. “Altas capacidades” (giftedness)-escribe- designa la posesión y uso de habilidades naturales no entrenadas y utilizadas espontáneamente, en al menos un campo, con la suficiente calidad como para estar en el 10% superior de sus iguales. En cambio, “talento” designa las destrezas conseguidas por aprendizaje, cuando se incluyen entre el 10% superior entre sus pares.

Creo que nuestro modelo se va precisando y confirmando. De esta comparación sacamos varias enseñanzas: No se pueden identificar altas capacidades y talento: aquellas pueden estar al principio, pero el talento está al final de un proceso. Las capacidades humanas son más flexibles de lo que creíamos, lo que hace difícil medir en un momento dado las capacidades que va a tener una persona en el futuro. En el talento no influyen sólo capacidades cognitivas, sino emocionales y ejecutivas. Por último, el talento se puede perder si no está sometido a un esfuerzo de mejora continua.


 Bibliografía

(1).- Heller, K.A., Mönks, F.J., Sternberg, R.J., Subotnik, R.F. (Eds.) International Handbook of Gifteness and Talent, Pergamon, Oxford, 2ª ed. 2000.
(2).- Hudson, L. “Undergratuated academic record of Fellows of the Royal Society”, Nature, 182, 1326, 1958, McClelland, D.C. “Testing for competence rather tan for ‘intelligence”, American Psychologist, 28, 1-14, 1973, Cohen, P.A. “College grades and adult achievement: a ewsearch synthesis”, Research in Higher Education, 20, 281-193, 1984).
(3) Cox, C.The early mental traits of thee hundred geniuses, Standfor University Press, Stanford, 1926.