Uno de los tres grandes bloques de actividad del Human Age Institute, la mayor plataforma de Talento en nuestro país, es el llamado Retorno a la Sociedad. Un conjunto de actividades como Talento en Crecimiento, destinado a los universitarios para que eleven su Empleabilidad, en colaboración con la Confederación Española de Directivos y Empresarios (CEDE). Estos programas se han realizado recientemente en las Universidades de Alicante y Murcia, respectivamente. Con anterioridad, Human Age Institute y CEDE los han celebrado en una decena de ciudades españolas.
Tras la presentación institucional a cargo del Rector de la Universidad y el representante de CEDE (en los últimas ocasiones, su Vicepresidente, Manuel Haro), Juan Carlos Cubeiro, como mentor de Coaching del Human Age Institute, ha hablado a los asistentes (audiencias de entre 300 y 500 jóvenes universitarios o recién licenciados, que se incorporan al mercado laboral) explica las claves para ser empleable.
El mentor de Human Age Institute explica a los jóvenes que, más que oír la conferencia (lo que supone muy poca actividad cerebral), tomen nota y salgan de la jornada con un pequeño plan de acción. Las ideas-fuerza se centran en el talento, la actitud y su desarrollo.
- La diferencia está en el Talento, que, como dice José Antonio Marina, mentor de Educación del Human Age Institute, es un término de la psicología popular. Hemos de concebir y trabajar el Talento como inteligencia triunfante, como inteligencia en acción, el buen uso de la inteligencia, como poner en valor lo que sabemos, podemos y queremos hacer.
- La actitud marca la diferencia. El Talento se compone de Capacidad (aptitud y actitud), Compromiso y Contexto (encaje cultural). En los 90, Lyle Spencer, experto en la gestión por competencias, creó el modelo del iceberg, con la aptitud (conocimientos, habilidades) visible por encima del agua y la actitud (autoimagen, rasgos de personalidad, valores, motivaciones personales) bajo la superficie. El Talento individual se concreta en un Perfil; la Organización, el talento colectivo, en un Mapa de Talento.
- La actitud es posterior a la aptitud. En palabras de Emilio Duró, no hay nada más peligroso que un tonto motivado. Antes de la actitud, los conocimientos y habilidades, que son imprescindibles. Porque la ignorancia es muy atrevida.
- El lenguaje del talento son las competencias. David McClelland, padre de la motivación y de la gestión por competencias, lo dejó muy claro. La entrevista de incidentes críticos (BEI, en inglés) analiza situaciones recientes y pregunta al candidato qué pensó, qué sintió, qué dijo y qué hizo para detectar su talento real. Es el triángulo de la Actitud (emociones, lenguaje, postura) con el foco en el centro.
- Emocionarse es esencial. Las emociones son reacciones de corta duración a un cierto estímulo. Desde la popularización del concepto de Inteligencia Emocional por Daniel Goleman hasta la película de Pixar Inside Out, hemos avanzado un gran trecho en el conocimiento de las emociones.
- El poder del lenguaje. El sí te cambia la vida, nos enseña la experta en PNL Lydia Mudarep. Luis Castellanos y su equipo (La Ciencia del Lenguaje Positivo) nos recomiendan un plan de vuelo en tres fases: consciencia sobre nuestro lenguaje, regularlo mediante entrenamiento (coaching) y arraigar nuevos hábitos (recordemos que según Jane Wardle, del University College de Londres, necesitamos 21 días para interiorizar hábitos sencillos, 66 para hábitos complejos y 90 para muy complejos.
- La postura dominante. Amy Cuddy (profesora de la Universidad de Harvard) nos ha enseñado la importancia del power pose (la postura de poder: alto o bajo). La Dra. Cuddy apela a la postura de la mujer maravilla para que nos sintamos mejor.
- Foco: el lugar de la consciencia. Es la atención sobre uno/a mismo/a (flow, fluidez) y sobre los demás (el modelo SCARF de David Rock, padre del NeuroLiderazgo: Estatus, Certidumbres, Autonomía, Relación, Equidad).
- Los hábitos de las personas originales. Según Adam Grant (profesor de Wharton, Universidad de Pensilavania), las personas inconformistas, que aportan valor, procrastinan (es un vicio para la productividad pero una bendición para la creatividad, porque empiezan rápido pero se toman tiempo al final), tienen confianza (en sí mismas, no necesariamente en sus ideas) y generan muchas ideas (la cantidad lleva a la calidad).
- El talento es móvil. La profesora Carol Dweck de la Universidad de Stanford ha demostrado que respecto al talento debemos tener una mentalidad de crecimiento, una mentalidad ganadora y no una mentalidad fija (la de que el talento se tiene o no se tiene). El talento que no se aprecia, se deprecia. El Talento, o es en Crecimiento (sinónimos) o no es Talento. De ahí el título del programa de CEDE.
- El honor. En palabras de Vicente del Bosque, el éxito sin honor es el mayor de los fracasos. Como seres humanos, tenemos derechos (dignidad, respeto) y también tenemos deberes con los demás (el honor), una responsabilidad respecto a la sociedad y al planeta.
Talento en Crecimiento es sin duda una de las iniciativas más valiosas y prácticas para que nuestra juventud sea realmente empleable, en un entorno, desgraciadamente, de muy alto desempleo juvenil y una sobrecualificación de hasta el 40% de las incorporaciones.